Uso de antibióticos en la Industria Alimentaria

Es sabido que en distintas áreas de la industria alimentaria (como la ganadería, piscicultura, avicultura, entre otros) se utilizan antibióticos y otros fármacos con múltiples propósitos. Pero ¿para qué se utilizan los antibióticos?, ¿cuáles son las consecuencias? y ¿de qué manera se puede evitar/controlar esto? son algunas de las interrogantes que, como Agro & Food Integrity, queremos analizar y responder en este blog.   

 

A modo de introducción, cabe mencionar cuáles son los principales motivos para los que se suelen utilizar antibióticos dentro de los distintos sistemas de producción animal, donde destaca: 

 

Tratamiento contra infecciones ya existentes en el grupo de animales, para evitar su diseminación. 

Uso profiláctico/preventivo contra infecciones, mediante tratamiento grupal.  

Uso como promotor del crecimiento, ya que se estima que algunos antibióticos podrían aumentar en promedio un 5% el crecimiento del animal, siendo un método controversial que está prohibido en algunos países.   

 

Pero… ¿Cómo nos afecta esto? 

 

El uso y abuso de antibióticos tanto en humanos como en animales están contribuyendo a la formación de bacterias resistentes, lo que significa que se están creando microorganismos que anteriormente se veían afectados por los antibióticos, pero hoy en día ya no. Junto con esto, grandes organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran preocupación e indican que si no se hace algo al respecto, para el 2050 prácticamente la totalidad de los antibióticos existentes serán ineficaces para el tratamiento de enfermedades.  

 

Para contextualizar, desde el siglo XX la industrialización trajo consigo que se abusara de los sistemas de producción intensivos, con el objetivo de aumentar la producción final. Junto con esto, hubo un aumento en el riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas (enfermedades transmisibles entre animal-hombre), y de distintas enfermedades que afectan de manera directa e indirecta en la producción. Como consecuencia de esto, se comienzan a utilizar distintos fármacos y antibióticos en la industria, llegando a ser administrados incluso ante ausencia de enfermedad, por temor a que ocurra un brote que afecte al grupo, lo cual puede resultar en una disminución en la producción, e incluso, en el rechazo total del producto final. 

A raíz de esto, ha ido en aumento el uso de antimicrobianos en los sistemas de producción animal, llegando a duplicar el uso de antibióticos en animales respecto al uso humano, lo que permite la formación de microorganismos resistentes, siendo esta una de los principales causales.  

A pesar de ser cifras conocidas, la OMS indica que, sólo en el año 2010 fueron utilizadas al menos 63.200 toneladas de antibióticos en animales, y ya para el 2030 todo indicaría que si no hay una real toma de conciencia y no se hace algo al respecto, esta cifra alcanzaría casi las 106.000 toneladas al año, debido al aumento en la producción animal como consecuencia del aumento de la demanda de la población.  

 

Dentro de la ganadería la utilización de antibióticos es desigual:  

 En la avicultura y producción de cerdos, es donde más se utilizan, seguido del ganado bovino.  

 La acuicultura también es de gran importancia a nivel mundial. 

 

¿Lo preocupante?  

Actualmente, la resistencia antimicrobiana es reconocida como una de las mayores amenazas para la salud humana, y constituye una de las causas más importantes de muerte. Se estima que 27.000 millones de infecciones al año son debidas a bacterias multiresistentes, lo cual se asocia directamente a una mayor mortalidad, mayor costo de tratamiento y duración de las hospitalizaciones, lo que aumenta el riesgo de infecciones nosocomiales (infecciones adquiridas durante la estancia en un hospital y que no estaban presentes ni en el período de incubación ni en el momento del ingreso del paciente). 

 

Entonces… ¿Qué podemos hacer? 

 

Algunas recomendaciones por parte de la OMS tienen como objetivo preservar la eficacia de los antibióticos que son importantes en medicina humana reduciendo el uso innecesario en veterinaria y producción animal, y la prohibición total de estos para estimular el crecimiento o su uso profiláctico. Un ejemplo de esto es “el hecho de que aproximadamente el 80% del consumo total de antibióticos de importancia médica se da en el sector animal, principalmente para estimular el crecimiento en animales sanos”, señalan desde la OMS, por lo que estas recomendaciones son claves.   

 

Otras medidas son:  

 

 Monitorizar el uso de antibióticos en la industria ganadera, con el objetivo de recoger información sobre patrones locales de las distintas enfermedades, tendencia en resistencia antimicrobiana y uso de antibióticos.    

 Creación de una legislación acerca de los residuos animales producidos, ya que gran parte de los antibióticos administrados no logran ser absorbidos, por lo que se eliminan al ambiente a través de desechos biológicos del animal.  

 Realizar antibiogramas a los animales enfermos, lo cual sirve para detectar cuál es el antibiótico más eficaz en su tratamiento, y así evitar fomentar la resistencia antimicrobiana 

 Los antibióticos utilizados en animales deberían elegirse de entre aquellos que, según la OMS, son «de menor importancia» para la salud humana, y no de entre aquellos clasificados como «de importancia crítica y de máxima prioridad», ya que los antibióticos incluidos en esta última categoría suelen ser utilizados como tratamiento de último recurso o forman parte de un listado limitado de medicamentos con los que se cuenta para tratar las infecciones bacterianas de mayor gravedad en humanos. 

 Optar por medidas que disminuyan la aparición de enfermedades en los animales, como por ejemplo, una mejora en las prácticas de higiene, contar con un calendario de vacunas al día y el uso de antibióticos de manera reactiva y no preventiva. Esto quiere decir, que su uso sea solo cuando se ha presentado a lo menos un caso dentro del grupo, y no de manera preventiva, donde no existen casos.  

 Es fundamental respetar los periodos de resguardo de cada antibiótico. El periodo de resguardo hace referencia al tiempo que tarda un fármaco en ser eliminado 100% del organismo del animal luego de ser administrado, evitando su presencia en los subproductos (leche, carne, vísceras, etcétera) y por ende, evitando que llegue al consumidor. 

Muchos países han adoptado medidas para reducir el uso de antibióticos en producción animal. Por ejemplo, en la Unión Europea está prohibido el uso de antibióticos para estimular el crecimiento. Por otra parte, ha habido una mayor conciencia por parte de los consumidores a nivel mundial, los que han aumentado sus exigencias en cuanto a alimentos libres de antibióticos, por lo que algunas cadenas alimentarias importantes están adoptando políticas de ausencia de antibióticos para sus productos. 

 

Por último, existen distintas vías de contacto (directas e indirectas) entre la población y las bacterias resistentes dentro de la cadena alimentaria, poniendo en peligro la salud públicaEs por esto y otros motivos que desde el año 2006 se habla de “One Health”, que es un enfoque multidisciplinar donde se busca adquirir las medidas necesarias para enfrentar esta y otras problemáticas, tema del que hablaremos dentro de nuestros próximos blogs.  

 

Para tener mayor conocimiento y un mejor manejo y control sobre la presencia de antibióticos en la materia prima, te recomendamos contar con un sólido Programa de Control de Proveedores, e incluir en tú evaluación de riesgos la presencia de antibióticos (peligro químico) en caso de ser un producto de origen animal.  

Por: Francisca Larenas Apucino

 

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