Manejo Integrado de Plagas: de la Prevención a la Excelencia Operacional
- Natalie Moya Aviles

- 24 ene
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 24 mar
Eran las 4:35 a.m. cuando Laura, supervisora de calidad en una planta de procesamiento de cereales, recibió una llamada que le aceleró el pulso: el turno nocturno había detectado actividad de roedores en la zona de empaque. A pesar de los controles tradicionales y visitas mensuales de una empresa de fumigación, un roedor había sido captado por las cámaras internas. El cliente principal exigía una investigación inmediata. El lote en cuestión fue bloqueado, y la producción de esa línea se detuvo por tres días. El costo fue alto. Pero lo más grave: la confianza tambaleaba. Fue entonces cuando Laura decidió cambiar la estrategia. No más "combate reactivo". Había llegado el momento de aplicar un verdadero enfoque de Manejo Integrado de Plagas (MIP).
¿Qué es el Manejo Integrado de Plagas (MIP)?
El MIP es un enfoque preventivo, sistemático y sostenible para controlar las plagas en instalaciones de alimentos. Se basa en el monitoreo constante, la comprensión del comportamiento de las plagas, la eliminación de condiciones que favorecen su proliferación y la aplicación de medidas correctivas escalonadas, priorizando siempre las más seguras para la salud humana y el ambiente.
Según la FAO y la OMS, el MIP no busca la erradicación absoluta de las plagas (algo muchas veces inalcanzable), sino mantenerlas por debajo del umbral de riesgo para los alimentos, las personas y el entorno (“International Code of Practice on the Application of MIP in Food Facilities”, FAO/WHO, 2021).
Elementos Clave de un Programa Eficaz de MIP en la Industria de Alimentos
Evaluación de Riesgos y Monitoreo Activo:
La implementación de trampas, sensores digitales y mapas de calor permite identificar zonas críticas. La EFSA (2022) destaca la necesidad de correlacionar hallazgos de plagas con condiciones de higiene, diseño y almacenamiento para tomar decisiones informadas.
Diseño Sanitario de Instalaciones:
El diseño estructural influye directamente en el riesgo de infestación. Grietas, drenajes sin protección, techos falsos y puertas sin sellar son entradas comunes. La GFSI promueve auditorías periódicas enfocadas en infraestructura como parte de su esquema de validación preventiva.
Hábitos Humanos y Buenas Prácticas:
El personal es clave. La formación continua y la cultura organizacional marcan la diferencia. La FDA (2023) recalca que la negligencia en la manipulación de residuos y el consumo de alimentos fuera de las zonas designadas son catalizadores comunes de plagas.
Control Físico, Biológico y Químico, jerarquizado:
El MIP sigue una jerarquía: primero medidas físicas (barreras, limpieza), luego biológicas (depredadores naturales cuando sea aplicable), y sólo como última opción, el uso racional de plaguicidas registrados. El uso excesivo de químicos genera resistencia y contamina alimentos.
Verificación, Validación y Mejora Continua:
La documentación de hallazgos, el análisis de tendencias y la auditoría interna permiten identificar puntos débiles y actualizar el plan. Un buen sistema de MIP es vivo y adaptativo.
Mitos y Verdades sobre el Manejo Integrado de Plagas
Mito #1: Si no veo plagas, no hay problema.
Verdad: Muchas plagas, como las cucarachas o roedores, son nocturnas. Su presencia puede pasar desapercibida. El monitoreo debe ser constante, no reactivo.
Mito #2: Fumigar cada mes es suficiente.
Verdad: Las fumigaciones regulares pueden generar una falsa sensación de control. Sin un plan MIP integral, los focos de infestación volverán a aparecer.
Mito #3: El MIP es responsabilidad del proveedor externo.
Verdad: El proveedor es un aliado, pero la responsabilidad es de la empresa alimentaria. La integración del equipo interno es fundamental.
Mito #4: El MIP es más caro.
Verdad: Aunque la implementación inicial puede requerir inversión, los beneficios en continuidad operativa, cumplimiento legal y protección de marca superan con creces los costos.
Tendencias y Herramientas Emergentes en MIP
Digitalización y sensores inteligentes: Sistemas de monitoreo con IoT permiten detectar actividad de plagas en tiempo real y enviar alertas automáticas. Esto optimiza tiempos de respuesta y evita paros no planificados.
Uso de inteligencia artificial (IA): Algunas soluciones de software aplican IA para predecir zonas de riesgo según datos históricos, condiciones ambientales y rotación de productos. Un enfoque preventivo de siguiente nivel.
Biocontrol y feromonas de interrupción sexual: Están ganando terreno como opciones sostenibles para insectos como polillas de almacenaje.
El manejo de plagas no debe ser un dolor de cabeza ni una reacción tardía ante una crisis. Es una herramienta estratégica para garantizar la inocuidad alimentaria, la continuidad de los negocios y la confianza del consumidor. Como en la historia de Laura, dar el paso hacia un enfoque preventivo, científico y responsable puede marcar la diferencia entre apagar incendios y construir reputación.
Referencias
FAO. (2014). International Code of Conduct on Pesticide Management. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Recuperado de https://www.fao.org/fileadmin/templates/agphome/documents/Pests_Pesticides/Code/CODE_2014Sep_ENG.pdf
EFSA. (2014). Guidance on the environmental risk assessment of plant pests. Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Recuperado de https://www.efsa.europa.eu/sites/default/files/consultation/110829.pdf
FDA. (2023). Current Good Manufacturing Practices (CGMPs) for Food and Dietary Supplements. Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. Recuperado de https://www.fda.gov/food/guidance-regulation-food-and-dietary-supplements/current-good-manufacturing-practices-cgmps-food-and-dietary-supplements
GFSI. (2024). The Benchmarking Requirements 2024 Unveiled. Iniciativa Global de Seguridad Alimentaria. Recuperado de https://mygfsi.com/news_updates/global-collaboration-enhanced-food-safety-the-benchmarking-requirements-2024-unveiled/
WHO. (2015). Guidelines on Highly Hazardous Pesticides. Organización Mundial de la Salud. Recuperado de https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/205561/9789241510417_eng.pdf




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